lunes, 5 de septiembre de 2011

CUANDO PASAN LOS AÑOS...


Pienso que cuando pasan los años... como por mi vida han pasado, uno sólo puede dar gracias a Dios. Los momentos de tristeza y sufrimiento, son como el agua fría fría que templa el ardiente acero. Uno aprende más de las caídas que del paso lento y cansino. Si miro hacia atrás no recuerdo a las piedras que tropecé un día pero si puedo recordar el cómo aprendí a levantarme y el cómo no volver a tropezar. Ahora que se están menguando los sentidos materiales siento que mi ojos, por ejemplo, más allá de los cristales, pueden ver a Dios a través de sus obras... y mis oídos pueden escuchar a Dios en el silencio y puedo comunicarme con Él a través de la oración. Creo que a medida que pasan los días y se acerca mi finitud, me siento triste por quienes me aman y quedan pero siento que avanzo hacia una trascendencia muy deseada y no temo el momento en que se cierren mis ojos para siempre por que se que no estaré sólo y que el Pastor, me tomará en sus brazos, como la oveja extraviada, y avanzará conmigo hacia el lugar de mi eternidad.

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