miércoles, 6 de noviembre de 2013

"HA NACIDO UNA ESTRELLA EN EL ORIENTE..."







Hola amiguitos míos... esta es otra historia imaginaria de lo que sucedió en Nazaret, 
hace mucho tiempo... 



          Joaquín, el esposo de Ana había salido muy temprano, de noche todavía, hacia los campos . Simón, el pastor, le había ofrecido cinco cueros de oveja recién curtidos si lo ayudaba a trasladar su rebaño hasta las tierras altas de pastos tardíos. En las colinas cercanas al pueblo ya casi no quedaba pasto verde e incluso la paja de barbechos se estaba agotando. Joaquín había aceptado con entusiasmo la oferta, esos cinco vellones serían tibias camas para el invierno y una, por cierto, estaba ya destinada para la cuna de esa hija que estaba por nacer. La llamarían María...

         Había soñado con ella, incluso ya sabía cómo sería: parecida a su madre; algo tímida, pero escondería una fortaleza que podría rayar en rebeldía. Sería hermosa, con su piel del color más puro de la raza de Israel; sus ojos del color del tiempo, brillantes como la alegría... y brillantes como la tristeza. Su risa sería cantarina y juvenil y alegraría la vida y su llanto infantil rompería el equilibrio de la paz hogareña... pero llamará a las caricias y ternuras.

         Las horas de marcha tras la manada habían pasado  rápidamente, de una manera increíble; ya estaban llegando a su destino y el cansancio parecía no haber tenido un lugar por la felicidad que impregnaba a Joaquín. Pronto podrían entregar el rebaño a los pastores de invernada y regresar a su hogar. Si caminaba ligero... podría llegar antes que la noche cubriera los caminos y senderos. Joaquín sonreía...

          El murmullo de la marcha se vio interrumpido por dos silbidos agudos, largos y penetrantes. Era la forma que tenían quienes cuidaban rebaños de comunicarse a la distancia. Estos eran una manifestación de bienvenida y de alegría. Casi de manera inmediata llegó un tropel de perros de diferentes colore y tamaños. Como si un pastor invisible les ordenara hacerlo tomaron sus lugares detrás y entre la manada de ovejas y empezaron a guiarla hacia unos verdes pastizales en los que la brisa formaba olas continuas.

         Simón el pastor... se acercó a él y le dijo:
          - Joaquín... hasta aquí llegamos... los perros me acompañaran el resto del camino. Vuelve donde Ana, ella puede necesitarte. ¡Ahhh! y pasa por mi casa a buscar esos vellones que te has ganado de sobra.         Joaquín le hizo un gesto de despedida y emprendió el regreso.

          Ya el cielo estaba descubriendo los diamantes lejanos que llamamos estrellas cuando el caminante hizo entrada en el pueblo.

         - En hora buena... Joaquín... Dios te ha dado harto más de lo que esperabas-
Era Edita, la mujer de los ‘cuentos’ y ‘chismes’; por eso no quiso responderle pero pensó: “Parece que esta mujer no sabe cuánto hay que andar y sudar por cinco cueros de oveja... además yo esperaba esos vellones ... ¡Es justo lo que yo esperaba! 
Había avanzado solo unos metros cuando otra voz lo interpeló:

         - Joaquín... ¡Joaquín!.. Bendito sea Dios por lo que has recibido... ¿Ves? Los  hombres buenos siempre reciben lo que ellos se merecen - El buen Joaquín lo miró con extrañeza. Quien se dirigía a él era el ‘rabí’, el maestro de la sinagoga de Nazaret. Le contestó:

         - Gracias maestro... que  el Dios de ayer, de hoy y de siempre te otorgue sabiduría y mucha vida... - “Que raro -pensó- ¿tanta bendición y admiración por cinco cueros curtidos de oveja".

          Apresuró su paso y al divisar su casa pudo ver que en la entrada había muchas personas: amigos, vecinos, conocidos. ¿Que habrá pasado? ¿le habrá ocurrido algo a mi Ana? Corrió desesperadamente.

          - Joaquín... Joaquín... Ya llegó... Ha nacido una estrella en esta tierra... es hermosa...
          - Joaquín... Tu hijita nació sonriendo... no lloró...
          - Joaquín... Tu hijita es muy hermosa... ¡nació con los ojos abiertos mirando a su madre!

           Entró presuroso a la pieza. Ana estaba sentada en su cama protegiendo entre sus brazos a una hermosa creatura que lo miraba con un dejo de ternura.

           - Esposo mío... ella es tu hija... Se llamará María como tú lo deseabas
Joaquín avanzó vacilando hacia ellas...

           - ¡Qué hermosa es, Dios maravilloso y eterno, que hermosa es!

           Dios había hecho traído a esta tierra la semilla que al crecer llenaría el mundo de flores y frutos que cambiarían la vida para siempre. La pequeña María cerró sus ojos sonriendo.



           Les gusto esta historia , ya nació María la Virgencita... mañana seguiremos soñando con su historia... Chao, que Dios los bendiga

          Panchito, el títere de Jetrón.

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