sábado, 23 de abril de 2011

El pequeño retoño... FLORECIÓ.

A mí, hombre ya maduro, me tomó de mi mano con sus manitos pequeñas y compartió su camino de niña para acercarse a Dios; y yo, reticente por mi forma de vivir mi vida, por ser mi hija, la seguí. Conocí mi ignorancia, mi solitaridad y lo isla que era; Supe que tenía hermanos por toda la tierra y un Padre más allá del simple entendimiento. Reconocí la fé que me fué impregnando con suave garúa, y fuí conocimiendo la verdadera vida, y, tomado de su mano, viví de nuevo.
Gracias, porque diste a mi vida trascendencia porque me enseñáste a amar oblativamente. Porque me enseñaste a compartir la cruz del Señor; a levantarme en las caídas, a perdonar y a esperar lo futuro con esperanza y natural alegría.
Gracias porque a través de tu canto nos acercamos a Dios y oramos en él...

1 comentario:

  1. Hola Tio Jestron: Como esta Usted y su familia, muy buena la pagina y los textos que escribe.

    un abrazote
    Carmen Gloria

    ResponderEliminar