Gracias, porque diste a mi vida trascendencia porque me enseñáste a amar oblativamente. Porque me enseñaste a compartir la cruz del Señor; a levantarme en las caídas, a perdonar y a esperar lo futuro con esperanza y natural alegría.
Gracias porque a través de tu canto nos acercamos a Dios y oramos en él...
sábado, 23 de abril de 2011
El pequeño retoño... FLORECIÓ.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola Tio Jestron: Como esta Usted y su familia, muy buena la pagina y los textos que escribe.
ResponderEliminarun abrazote
Carmen Gloria