Yo
tengo un amigo, que ya ha cumplido cincuenta años de vida junto a su esposa, su pareja, su mujer.
¡Cincuenta años!. No digo que esto sea extraordinario o milagroso; pero es algo
no ordinario y que pueda encontrar en toda vida de pareja.. A mí, me llama la
atención de sobremanera, soy hijo de padres divorciados, anulados. Mi esposa
también coincide en esta situación, y el desear compartir las consecuencias de
vida de estas situaciones daría para escribir varios libros dramáticos. Pero,
quiero enfocar mi ‘cuento’ de desde una
duda, una pregunta que creo que muchos nos hemos hecho, y que fue la que le
hice a mi amigo y su esposa y que ellos me respondieron de una manera clara y
basada en su realidad.
¿Cómo
se puede lograr que una pareja humana, un hombre y una mujer, puedan llegar a
ser una sola carne, una sola persona, en una para siempre?
Me
contestó ella, Malali:
“Creo
que todo empieza en el prólogo de la relación. En el caso nuestro en la decisión de la entrega mutua. Para que una persona se entregue a otra, sin
reserva, primero debe conocerse y aceptarse a sí misma y así debe ir conociendo
y aceptando a la otra. Por lo general creemos conocernos y no nos damos cuenta
que en nuestra interioridad existen zonas desconocidas hasta para nosotros
mismos. Creemos conocer profundamente a quien hemos elegido para compartir la
vida, pero sólo hemos captado lo que nos gusta de sus rasgos exteriores. Esto
es grave porque, ya unidos, pueden aparecer sorpresas que van a
desconcertarnos. Sorpresas que si no estamos preparados para superarlas pueden
trisar o quebrar una relación.
“Creo
que en nuestro caso logramos salir airosos, de todos estas situaciones, por
nuestra madurez, por nuestra visión de lo que es la importancia de una familia.
Pero en más de una ocasión yo creí que lo nuestro había sido un verdadero error
pero que el diálogo conyugal y la paciencia mutua, reencaminaron nuestro andar.
“Yo
aconsejaría a las parejas que se forman y miran hacia el futuro, a que cada uno
recuente su realidad y trate de profundizar su conocimiento del otro, para que
la mutua aceptación sea un sólido fundamento y no sea sólo la atracción de un
hermoso romanticismo. Para que una relación primaria y luego una vida de pareja
o matrimonio, funcione bien, cada uno en la pareja. Debe aceptar al otro como persona con sus aspectos
positivos y negativos; es preciso que antes de socializar la unión se asuman
todos los aspectos que más tarde puedan llegar a ser fuente de conflictos”
“Teniendo
una base concreta, el paso de los años ha sido para nosotros un caminar con
destino deseado y una unión verdadera basada en el amor, la comprensión y el
diálogo.
Yo
creo que entendí lo que Malali explicó. Ahora comprendo como pueden ir por esta
vida tomados de la mano, sonriendo, caminando hacia un horizonte ya cercano y
como más allá de éste, seguirán avanzando en esa Luz.
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